Joc de la Bolla · Sant Lluis · Menorca

El joc de la bolla actual va ser introduït per els francesos durant la dominació francesa de l’illa de Menorca entre els anys 1756-1773. Per altre banda, també hi ha documents que certifiquen que una variant del joc de la bolla ja es jugava a Ciutadella al voltant de 1640. Es un joc molt semblant a la petanca i als jocs de bolla de la antiguitat (hi ha constància de jocs de bolla a l’època neolítica, a Egipte i Grècia). El joc de la bolla té les seves pròpies particularitats i és un dels jocs més populars i antics entre els pagesos menorquins.

El joc de la bolla es juga a una pista a terra i, en general, consisteix en llançar i apropar les bolles al màxim a un objectiu anomenat “boll”. S’hi pot jugar individualment (un contra un) o per equips fins a vuit jugadors per equip. El joc consta de un reglament i els jugadors utilitzen diferents tècniques (tir de finor, rossegada, tir de cop i tir de bot). Hi ha jugadors que són especialistes en un tipus de tir concret.

El “jugadero” de Sant Lluís (Menorca) és l’únic que queda a l’illa actualment, va ser construït l’any 1916 a l’edifici actual del Centre Cultural i Esportiu de Sant Lluís, però antigament n’hi va haver a altres pobles de Menorca.

Fortalesa de La Mola · Menorca

La fortalesa de la Mola o fortaleza de Isabel II es un magnífico complejo militar español situado en la zona norte de la bocana del puerto de Mahón (Menorca), levantado sobre la península de La Mola.

La fortaleza fue inaugurada en 1852, aún sin terminar. Las obras finalizaron unos veinte años más tarde, en 1875. Debido a los avances tecnológicos en el campo de la artillería, la fortaleza quedó obsoleta antes de su entrada en funcionamiento y entre los años 1896 y 1936 se modernizaron las instalaciones militares con baterías de costa y los cañones Vickers-Armstrong del calibre 38 (conocidos en el argot militar como “La pieza”). La zona fortificada incluye dos torres de defensa construidas por los británicos: la torre de Cala Teulera y la torre de La Princesa.

A partir de 1948 se empleó como prisión militar, popularmente conocida como “La Penita”. La prisión se habilitó en un edificio construido inicialmente como almacén de víveres, y estuvo en uso como penitenciaria hasta finales de la década de 1960, dando a Menorca y en concreto a la fortaleza una terrible y temida fama.

Por si esto no fuera suficiente, la leyenda del fantasma de La Mola añadía más misterio y terror a la fortaleza. Corrían rumores de que por la noche se escuchaban los gemidos y llantos del fantasma de la Condesa Rocamari (La Dama Blanca), fusilada y lanzada a los acantilados de la Punta de s’Esperó, donde agonizó durante horas, durante las primeras semanas de la guerra civil española. La leyenda servia tanto para atemorizar a los niños menorquines, como a los soldados de la fortaleza.

A partir de los años setenta, finalizada su función como penitenciaria, la fortaleza se utilizó como polvorín y como cuartel logístico del ejército de tierra español.

La península de La Mola es también muy conocida por la “camamil·la” o camomila, una manzanilla endémica del norte de Menorca muy apreciada por los menorquines. Debe su excelente sabor al clima y al viento de tramontana de la zona norte de Menorca, que baña en salitre toda la península.